domingo, junio 07, 2009

La elegancia del erizo

umbrella “Aparentemente, de vez en cuando los adultos se toman el tiempo de sentarse a contemplar el desastre de sus vidas. Entonces se lamentan sin comprender y, como moscas que chocan una y otra vez contra el mismo cristal, se inquietan, sufren, se consumen, se afligen y se interrogan sobre el engranaje que los ha conducido allí donde no querían ir.”Muriel Barbery (La elegancia del erizo)
Imagen de Thomas Hawk
Todo inició como suelen comenzar los mejores relatos: con una noche lluviosa y una mujer misteriosa… Había llegado a mi casa después de un arduo día de trabajo. Empezaba a descalzarme y a recostarme brevemente sobre el sillón de la sala en lo que escuchaba cómo las gotas golpeaban los vidrios que separan la sala de mi casa con el balcón y el exterior del edificio.
Estaba a punto de caer en un letargo de cansancio, cuando recibí un mensaje de texto en mi celular. Me incorporé de nuevo, tratando de alejar el sopor, y leí: “Vecino, ¿se encuentra usted en su casa? Necesito hacerle un depósito.” El remitente era una amiga a quien había encontrado en Internet después de mucho tiempo de no platicar. La semana anterior habíamos ido por un café y habíamos charlado de la vida, del trabajo, de las ilusiones perdidas, y de mi crisis de los veintes. Respondí de manera afirmativa, preguntando acerca de a qué tipo de depósito se refería. Lo único que recibí de regreso fue un “Llego en 10 minutos.”
Me quedé un momento pensando en si me debía dinero por alguna razón, o si había mencionado algo acerca de un depósito la semana anterior. Sin encontrar una respuesta coherente al respecto, decidí que lo mejor que podía hacer era simplemente esperar a que llegara.
Diez minutos después, sonó el timbre con exactitud cronométrica. Bajé a abrir y me encontré a mi amiga esperando pacientemente en el umbral de la puerta del edificio donde vivo. Llevaba un abrigo impermeable y sostenía un paraguas con la mano derecha, mientras en la mano izquierda cargaba su bolsa y algunos artículos que acababa de comprar. La saludé con toda cortesía y, sin perder el tiempo en plática cordial sin sentido, buscó en su bolsa un artículo que, tras sacarlo y verlo por un instante, depositó en mi mano.
-Sabía que si decía que venía a dejarte un libro, no lo aceptarías, así que tenía que decirte que era un depósito –dijo, seguramente sonriendo para sus adentros. Tenía razón. Yo también sonreí discretamente.
Sin decir más, se despidió y amablemente rechazó mi intento por acompañarla de regreso a su casa. Observé en mis manos un libro con una fotografía de una niña en la portada, con la Torre Eiffel como fondo, retocado con colores pastel. Me volví una vez más hacia la dirección por la que mi vecina había llegado y me quedé mirándola caminar elegantemente bajo la lluvia, sosteniendo firmemente su paraguas.
Regresé de nuevo al sillón y empecé a hojear el libro. Se trataba de una novela originalmente francesa llamada La elegancia del erizo, un nombre que, a mi parecer, era poco común y le añadía cierto misterio a la misma obra.
Debo admitir que ha sido uno de los mejores depósitos que me han hecho en mi vida. Ha sido un libro que ha cambiado mi forma de ver la cotidianeidad en una ciudad como lo es México DF. Me explico:
Grenelle 47 Rue de Grenelle, Paris, France
Imagen tomada de Google Maps
La novela trata de dos historias paralelas, la de Renée Michel y la de Paloma Josse. Ambas viven en el número 7 de la calle Grenelle, en París y comparten otra peculiaridad: frente a un entorno banal, hipócrita y absurdo, ambas esconden una faceta erudita que les permite sobrevivir ante las paradojas que las rodean.
Renée es la portera del edificio, y tiene la completa determinación de aparentar ser nada más sofisticado que eso. Teme llamar la atención de los residentes burgueses y ha aceptado el arquetipo de pobre frente a una sociedad privilegiada. Enciende la televisión en el canal más trivial que encuentre cada vez que pasa alguno de los habitantes del edificio, se muestra renuente a utilizar un amplio vocabulario, a pesar de conocerlo, y vive escondiendo uno de sus atributos más interesantes, una pasión por la filosofía. De esta forma, mientras está segura de que nadie la está observando, se ocupa en leer a Tolstoi, Husserl y Kant, así como en escuchar a Henry Purcell y Gustav Mahler. Lo interesante de este personaje reside en su manera de contarnos los sucesos de cada día. Escribe a manera de novela, principalmente en presente, mostrándonos su tesis a través de pequeños ensayos que va intercalando con los eventos cotidianos.
Paloma es una niña de doce años que se sabe más inteligente que su familia, que sus amigos y sus maestros en la escuela. Es hija de un miembro importante del Parlamento y vive resguardada tras sus pensamientos, y a través de los diarios que escribe periódicamente. En el primero, titulado Ideas profundas, describe a la vida desde su propio punto de vista. En el segundo, Diario del movimiento del mundo, describe todo aquello que cree merecedor de su atención, en una búsqueda incesante por convencerse a sí misma de que la vida vale la pena ser vivida. En mi parecer, Paloma es el personaje más encantador de esta novela. Las personas que me conozcan, sabrán que siempre he anhelado tener una hija en algún punto de mi vida futura. Suponiendo que yo llegue a ser mejor padre que el de esta niña, Paloma representa un prototipo de hija que me gustaría tener en el futuro. Tiene todo lo que se podría esperar de una niña de esa edad: un intelecto suficiente como para discutir basado en argumentos lógicamente correctos, una pasión por la lectura y por el conocimiento, un sentido agudo del propósito la gramática y la ortografía, un respeto por el arte y la poesía, admiración por las culturas y, por supuesto, cierta ingenuidad ante la vida. Al igual que la señora Michel, Paloma ha decidido esconder todas estas cualidades, no tanto por protegerse, sino para evitarse el estar lidiando con intelectos menores. Es Paloma quien describe al comportamiento de Renée como la elegancia del erizo, pues es una metáfora muy bella en la cual, el erizo permite ver hacia afuera una imagen llena de púas inofensivas, pero por dentro, es un animalito bastante refinado.
Entra en juego un tercer personaje, Kakuro Ozu, un japonés que llega al edificio y que servirá como catalizador para los dos personajes anteriores. Entre los tres, observarán al mundo con nuevos ojos, con la capacidad de sorprenderse ante la belleza de la vida que los rodea.
En especial, me llamó mucho la atención el sentido de la estética que se discute a lo largo del libro. Cuestiones como la belleza del lenguaje son temas que casi no he visto discutirse. Por ejemplo, concuerdo con Paloma en la aseveración de que cualquier maestro de Lengua que diga que la Gramática sirve para “escribir bien” debe ser condenado irremediablemente a al hoguera. El ser humano, como el ser estético que es, tiene la capacidad de reconocer la belleza en el lenguaje. La Gramática es una herramienta que hemos perfeccionado a lo largo del tiempo para reconocer esta belleza intrínseca del lenguaje.
Estoy francamente impactado del efecto que ha tenido este libro en mí. Lo recomiendo ampliamente a todo aquél que haya caído en el ir y venir de los hombres grises y que esté dispuesto a ver al mundo a través de una propuesta filosófica muy interesante que Muriel Barbery pone sobre la mesa. En lo personal, me he encargado de depositar este libro en las manos de varias personas que conozco que sé que podrán valorar el contenido de esta novela. Si alguno de los pacientes lectores que hayan llegado hasta este punto de esta publicación ha tenido una experiencia semejante con éste u otro libro, agradeceré sus comentarios.

Actualización: Recientemente, vi la película basada en este libro. En español, se tradujo como El encanto del erizo. Debo aceptar que es una muy buena película. Está bien escrita, bien dirigida y bien actuada. Me gustó mucho la ejecución final. Sin embargo, carece de toda la profundidad filosófica del libro. Se centran en la relación romántica entre la señora Michel y Kakuro Ozu, y no tanto en la reflexión de la cotidianeidad que tanto me había llamado la atención.

Enhanced by Zemanta