miércoles, abril 21, 2010

Ocurrencias de los alumnos. Parte XIII

Uris Libary Stacks Fotografía de eflon: http://www.flickr.com/photos/eflon/3271730476/
Creative Commons: http://creativecommons.org/licenses/by/2.0/

Como profesor, una vez que se acaban los cursos, no me queda más que esperar que algo de mi esfuerzo, dedicación, sangre, sudor y lágrimas haya valido la pena. Cuando le das a un alumno una toga, un birrete y un diploma, por más que te prometan que van a escribir o que se mantendrán en contacto, o que irán frecuentemente a la escuela a visitar, la verdad es que son pocos los que cumplen con tal cometido.

La existencia de Facebook o Twitter hace mucho más sencilla la comunicación. Al ser maestro de grupos de adolescentes, me he vuelto extrañamente popular en este tipo de redes sociales, sobre todo un día antes de entregar proyecto o del examen bimestral. Sin embargo, una vez que parten acompañados por la melodía de Pompa y circunstancia, hay algunos que todavía me escriben brevemente en el Muro de Facebook para contarme de sus anécdotas y, sobre todo, cuando se topan con algo de mi materia. A veces, hasta yo mismo me impresiono de los momentos y circunstancias en los que aplican las habilidades que adquirieron en mi curso y los conocimientos que intenté transmitir. Sobre todo, me llaman mucho la atención las personas que logran identificar el potencial de la computación en áreas mucho más artísticas.

Hace poco más de un mes, apareció el siguiente mensaje, escrito:

Sucede que hay un lenguaje de programación  para las nuevas consolas de iluminación. Se supone que es complejísimo y súper abstracto por las nuevas características de los sistemas (que utilizan redes y un montón de cosas nuevas) pero después de la educación que recibí en la escuela con ustedes, le agarré la onda en dos segundos y nadie lo puede creer. ¿Quién diría que Área I me está ayudando mucho más de lo que imaginaba en mi carrera?

La magia del comentario no terminó ahí. Justo abajo del mismo, apareció una respuesta de otro alumno de esa misma generación:

Esto me recuerda que el jueves tuvimos un recorrido por la biblioteca de la Universidad y funciona virtualmente con operadores booleanos, a lo cual yo era el único que conocía el término y todos quedaron anonadados por ello. El Área I y sus materias como Computación, sí funcionan… y funcionan muy bien.

Cuando tomé el curso, sabía que era todo un reto el impartir la materia menos popular de toda la Escuela. Todavía, hoy en día, lo es. El principal obstáculo es la incredulidad y la indiferencia de los alumnos. Habrá quienes piensen que esto no les va a servir en la vida. Efectivamente, con una actitud así, lo olvidarán pronto y cuando se enfrenten a la posibilidad de aprovechar el potencial de la tecnología que tienen en sus manos, lo desperdiciarán y ni se darán cuenta. Seguirán viviendo sus vidas tan felices como antes. Sólo aquél alumno que le ofrezca al profesor el beneficio de la duda, podrá utilizar los conocimientos cuando la vida y el sino lo pongan en la situación adecuada.

¿Algún otro profesor o maestro con experiencias o comentarios al respecto? ¿Algún alumno que quiera agregar algo? Sus comentarios son bienvenidos.