sábado, octubre 10, 2009

The Reader

The Reader 6 “She had favourites. Girls, mostly young. We all remarked on it, she gave them food and places to sleep. In the evening, she asked them to join her. We all thought - well, you can imagine what we thought. Then we found out - she was making these women read aloud to her. They were reading to her.” – Bernhard Schlink (The Reader)

 

 

Muchos de mis vicios actuales fueron adquiridos durante mis épocas de Preparatoria y durante la Universidad. Definitivamente, uno se mis más grandes vicios fue adquirido en la escuela donde estudié el Kinder, la Primaria, la Secundaria y la Preparatoria. Hasta la fecha, me es muy difícil pasar periodos de tiempo largos sin tener qué leer. La lectura se ha convertido en algo más que un pasatiempo; se ha convertido en parte esencial de mi vida. Recuerdo las épocas de proyectos y exámenes en la Universidad, en los que apenas tenía tiempo para respirar. Podíamos pasarnos semanas enteras en casas de amigos tratando de entregar los benditos proyectos en la fecha establecida por los profesores. Incluso, hoy en día todavía hay ocasiones en las que tengo que pasarme la noche en vela (como si las velas aún protagonizaran los desvelos) tratando de sacar algún entregable para mis clientes o para mis alumnos. En esas ocasiones de ocupación máxima y desmesurada, a pesar de la calidad de los resultados que entregábamos (normalmente solían ser bastante buenos) siempre tenía un sentimiento de vacío, y la verdad es que tengo la necesidad de tomar algún libro para sentirme bien conmigo mismo. Creo que el exceso de textos que tuve que leer en mi educación básica hicieron de mí, quizás no un ser más conocedor, pero definitivamente, un ser mucho más lector.

Recuerdo que mis papás me leían todas las noches. De hecho, en alguna ocasión, compraron uno de esos libros con trescientos sesenta y cinco cuentos, uno para cada día del año. Ingenuamente creíamos que nos iban a durar tanto tiempo pues, al cabo de unas semanas, ya habíamos recorrido los cuentos, incluso varias veces. Recuerdo especialmente el cuento de una lechera que, por ir pensando en una fortuna a futuro, tiraba su jarrón de leche, echando a perder sus sueños. No sé por qué me gustaba tanto ese cuento. Mi mamá, indulgentemente, lo leía continuamente, a veces hasta el cansancio; pero había algo en esa historia que me llegaba en ese entonces.

También llegan a mí memorias de cuando aprendí a leer. Tengo vagos recuerdos de haber creído que el aprender a leer era un proceso físicamente doloroso. No me explicaba cómo alguien, con sólo ver una página, podía reproducir una y otra vez las palabras que eran contenidas en ella. Me imaginaba que, en algún punto de la vida, uno tenía que someterse a una especie de intervención quirúrgica combinada con polvos mágicos y, a partir de ahí, uno salía con la extraña habilidad de leer. Fue hasta que relacioné el hecho de que podía haber garabatos que representaran sonidos, que pude tranquilizarme y entender que leer era una habilidad adquirida, como caminar o jugar algún deporte.

El primer libro formal que leí en mi vida por mí mismo, fue El diario de Ana Frank. Sé que es un ejemplar algo atípico para ser el primer libro de alguien, pero hubo un tiempo en que encontré cierto interés por la Segunda Guerra Mundial y por el Holocausto. Todavía hoy en día siento cierta atracción por las anécdotas que han salido a la luz de ese momento histórico que, esperemos, nunca se repita.

En uno de mis últimos viajes a Estados Unidos, me encontré en un Barnes & Noble un libro que llamó poderosamente mi atención. Para empezar, muestra a Kate Winslet en su portada semidesnuda y con una expresión que me intrigó en el momento en que la vi. En segundo lugar, el título, The Reader, me recordó por un momento mis experiencias aprendiendo a leer. Por otra parte, tenía un pequeño letrero que afirmaba que venía una película basada en ese libro próximamente. Finalmente, leyendo la contraportada, me di cuenta de que tenía una historia que involucraba a la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto.

The Reader (Movie Tie-in Edition) (Vintage International)

Lo compré en aquella ocasión y no me hice el tiempo necesario para leerlo (a pesar de sus breve longitud) hasta ahora. La verdad es que la historia es interesante, el libro está bien escrito, pero siento que no aporta demasiado al lector. Alcanza a tocar brevemente algunos temas meramente humanos (adolescentes en ocasiones) pero no le permite al lector identificarse con los personajes. En ocasiones, se pierde en discursos filosóficos que, si bien, complementan la historia principal, también es un hecho que distraen demasiado de los hechos principales. Hubo un momento en que decidí terminarlo simplemente por puro rigor de lector; sin embargo, debo decir que el final valió la pena el hecho de que no me hubiera desesperado y no lo hubiera abandonado.

Extrañamente, éste es uno de esos casos raros en los que la película sobrepasa la calidad del libro. A pesar de ser, casi en su totalidad, fiel al libro, la cinta muestra un giro vertiginoso frente a cómo presenta cada uno de los eventos de la novela. A mi parecer, existe un sentido de coherencia y cohesión que nunca experimenté en el texto escrito.

The Reader 1Aunque dice ser protagonizada por Kate Winslet y Ralph Fiennes, la verdad es que Winslet se lleva, por mucho, las palmas en esta película. No en vano le mereció el Óscar a mejor actriz estelar de 2009. Hay que mencionar también la actuación de David Kross quien encarna una versión joven de Ralph Fiennes. Por otra parte, Fiennes tiene un papel casi secundario y aparece brevemente, sobre todo hacia el final de la película.

Winslet interpreta a Hanna, una mujer alemana que esconde bajo su orgullo un secreto que la condenará por el resto de su vida. Fiennes y Kross interpretan a dos versiones distintas de Michael Berg, un joven enamoradizo que tiene que luchar contra su moral interna a favor de la dignidad de su amada, Hanna. ¿Qué es lo que une a estos dos personajes y qué es lo que los mueve a lo largo de la historia? La lectura.

The Reader 4

De esta forma, la lectura parece ser un personaje que rodea a todos los demás temas que presenta la trama. En ocasiones, es un pretexto sensual; otras veces, es motivo de conflicto; a veces, representa la injusticia; y finalmente, determina la dignidad de los personajes, y es que, no hay nada como una buena lectura en voz alta. Ahora que lo recuerdo, muchos de mis profesores de literatura de la Preparatoria son muy buenos oradores y excelentes lectores en voz alta. Creo que eso influyó fuertemente en el gusto por la lectura con el que salimos varios de los alumnos de esa Escuela.

The Reader 3 Me gustaría decir que el maquillaje es bastante malo. La versión madura de Kate Winslet no es del todo creíble; sin embargo, el libro es muy enfático en describir que, a pesar de sus años, todavía conservaba ciertos rasgos juveniles y un todo de voz constante. Por tanto, pudo haber sido decisión del director. Creo que la dirección, que corre a cargo de Stephen Daldry, es excelente. Toma muchas decisiones acertadas y tiene un juego de cámaras y de sombras que a veces las usa como transiciones, a veces para esbozar las personalidades de los personajes. Creo que sus elecciones van todas hacia el propósito constante de seguir contando una historia que, me parece, es de los puntos más importantes en una película.

The Reader 5

Por primera vez, recomendaré la película y no el libro:

Película: 9/10

Libro: 7.5/10

Reblog this post [with Zemanta]

2 comentarios:

Julius dijo...

Leer esta publicación fue interesante para mí. Primero, por tratarse de un ávido lector comentando sobre la historia de otro ávido lector, y donde irónicamente la película resulta mejor que el libro. Sí, irónico.

Por otro lado, me gustó que compartieras cómo se relaciona contigo la compilación que haces. Las vivencias que tuviste, la forma en que adquiriste ciertos hábitos, tal vez ahora mal cosiderados como vicios. Creo que una historia no puede ser contada de manera efectiva sin dejar parte de uno mismo en ella.

No pude dejar de percibir la forma que tienes para ir calsificando cada aspecto de la trama y la estructura del libro. Eso sólo lo puede lograr alguien definitivamente ama leer. Alguien que busca en las palabras algo más que el simple significado de ellas. Más allá de la historia que cuentan... es encontrar la esencia del escritor, de los personajes, sus razones, sus fantasías para finalmente, hacerlas propias y llevarlas a otro plano ya no tan imaginario. Me agradó encontrar eso en tu relato.

En cuanto a The Reader, despertaste en mí el interés de salir de casa e ir a pasar un buen rato disfrutando esta película. Ya te comentaré.

Sigue leyendo, pero sobre todo... sigue escribiendo.

Marche dijo...

Esta increible tu nuevo post. Ahora tengo que ver la pelicula ASAP!!!!!!!!!

Saludos Ruy